En este episodio, nos sumergimos profundamente en la práctica del Yoga y la meditación, explorando los requisitos esenciales que sirven como cimientos para alcanzar el éxito. Desde el anhelo inicial hasta tu capacidad de concentración, cada elemento es crucial para experimentar una conexión plena.
Te proporcionaré todas las claves necesarias para avanzar con confianza en tu camino espiritual, descubrir capas más profundas de tu existencia y permitir que tu práctica de Yoga y meditación florezca.
Aprovechamos el comienzo de año y los buenos propósitos para infundir nuestras prácticas de intención. Y como siempre terminamos compartiendo una meditación para hacerte santo, ¡no te la pierdas!
Contenido:
- Condiciones necesarias para la práctica: minuto 10.47
- Anhelo
- Búsqueda interior
- Voluntad firme
- Compromiso
- Silencio
- Meditación para hacerte santo. Minuto: 23:58
Transcripción
Requisitos para la práctica de yoga y meditación
En estas fechas son habituales los nuevos propósitos, pero es una pena ver cómo luego, a medida que van pasando los días, se quedan en nada. Por eso quiero compartir hoy contigo una serie de condiciones o requisitos para el éxito de tu práctica.
Te ayudarán si estás comenzando, pero también si ya llevas tiempo meditando. En el primer caso te darán una buena base y dirección, y en el segundo te permitirán profundizar aún más en tu experiencia.
Y lo más interesante es que puedes aplicarlo a cualquier aspecto de tu vida, no únicamente el yoga o la meditación, porque lo cierto es que siempre esperamos que el nuevo año nos traiga todo lo que queremos, pero pocas veces estamos dispuestos a hacer algo nosotros para conseguirlo.
Hoy voy a hablarte justo de lo que puedes, y debes hacer, no sólo para garantizar el resultado de tu práctica, sino para practicar de verdad. Porque ya sabes que a día de hoy nos venden todo tipo de prácticas espirituales que en realidad no lo son, y para alguien que está iniciándose en este mundo puede ser difícil reconocer qué es válido y que no, porque la parte que marca la diferencia es invisible.
Está en ti, y lo bueno es que con ella puedes transformar cualquier ejercicio o actividad cotidiana en un trabajo espiritual. Yo no me canso de hablar por aquí y en las clases de la Escuela Online de la intención, así que vamos a ver hoy en qué consiste realmente, y por qué es tan importante.
Anhelo
El primer requisito o condición es la existencia de un anhelo, un sentimiento profundo de querer estar completo, o descubrir que somos más de lo que vemos con nuestros ojos. Generalmente es una sensación difícil de explicar con palabras, y la persona no puede reconocerlo tan claramente, pero sí el hecho de que hay algo dentro que te empuja a explorar estas técnicas.
Cuando este anhelo es sincero, nace del alma y tú decides seguirlo, se abre ante ti un camino de crecimiento y transformación. Muy distinto de cuando te acercas a la práctica por motivos egoístas como por ejemplo verte más delgado que tu vecino, o vender una imagen de ti mismo en tu entorno como un ser elevado y espiritual.
Tampoco son anhelos reales aquellos que nos llevan a practicar porque lo hace nuestra amiga y a ella le va muy bien, o porque nos lo recomienda el médico simplemente para aliviar un dolor de espalda.
En todos estos casos la aproximación a la práctica es más que positiva y aceptable, nunca va a venir mal, pero desde estos objetivos únicamente nos mantendremos en la superficie, sin descubrir ni transformar nada de nosotros mismos.
Es como recibir un regalo y quedar fascinado con el envoltorio, con los colores y dibujos del papel, los lazos y accesorios, pero no llegar nunca a abrirlo, de forma que nos perdemos el verdadero regalo.
Aunque siempre puede suceder algo, y es que nos acercamos al Yoga con un cierto objetivo, que puede ser de lo más superficial, pero una vez dentro empieza a despertar el anhelo real en nosotros.
Esto es algo muy común, por lo que no se puede juzgar nunca la experiencia de nadie desde fuera, al igual que nunca nadie podrá decirte cuáles son tus motivaciones o anhelos. Es un trabajo íntimo y personal.
Búsqueda interior
Esto nos lleva al segundo requisito y es la búsqueda o ganancia interior. Por lo que quedan fuera todos los objetivos de perder peso, ser más flexible, estar más sano, etc…
Es cierto que todos ellos son beneficios del Yoga, pero desde el punto de vista tradicional no son más que efectos secundarios o daños colaterales. El objetivo real está mucho más dentro en tu interior, y debemos medir siempre nuestros logros o fracasos en base a él.
Por eso te digo siempre que no es más avanzada una persona que sepa hacer posturas más difíciles, sino una que es capaz de transformarse y por ejemplo ser más capaz de reconocer sus errores, ver cada situación con una perspectiva más amplia, ser más amable, responsabilizarse de las cosas que le corresponden, etc.
Hay un problema muy común últimamente y es el materialismo espiritual, que es aquello que nos lleva a relacionarnos con la espiritualidad como un bien material más. Esto se ve en la gente que acumula cursos, retiros o cuarentenas como si fueran medallas. Los que se piensan que por practicar 3 horas cada día son más que tú que sólo meditas cuando puedes. Los que por llevar cierta ropa o usar cierto lenguaje piensan que ya están dentro del grupo de los elegidos y están elevados, y un larguísimo etcétera.
Si queremos triunfar de verdad en este mundo no podemos medir nuestros avances al peso, ya que el verdadero logro de nuevo es invisible, está dentro de ti y consiste en ir acortando la distancia entre quién crees que eres desde tu mente y desde todos los condicionantes familiares, culturales,… y quien realmente eres como ser ilimitado de pura conciencia.
Se trata de no identificarte sólo con tu cuerpo, con tu mente, tus pertenencias materiales o tu práctica espiritual. Porque no son más que pequeñas partes de ti en este plano, pero debemos recordar que por encima de todo ello somos energía y conciencia.
El problema es que muchas veces la práctica nos ayuda a ser cada vez más transparentes y a estar más cerca de nuestro auténtico Ser, pero en el proceso otras muchas lo único que hacemos es poner nuestro trabajo al servicio del éxito material o de lograr un mayor poder o influencia sobre los demás.
Ten en cuenta que nuestro ego no quiere cambiar, de hecho es la herramienta que tienes para sobrevivir, está únicamente diseñado para ello. Por eso cuando se siente en peligro va a emplear cualquier cosa posible a su alcance para manipularte y que continúes identificándote con él, incluso cuando tú creas que estás haciendo lo contrario.
De ahí que el ego espiritual sea tan habitual, peligroso y difícil de trascender, porque la persona hace todos sus esfuerzos en nombre de la espiritualidad, pero no se da cuenta de hasta qué punto distorsiona todo.
Por ejemplo, leía recientemente sobre las experiencias trascendentales durante el ascenso de la energía kundalini, y de cómo no significan nada en sí mismas. Algo que nos viene muy bien porque mucha gente valora su éxito en la medida en que percibe colores, figuras o sonidos en sus meditaciones.
Ten claro que esto no hace que una persona sea más espiritual o elevada que otra.
El libro decía que el ego siempre va a darte aquello que pueda impedirte avanzar en el verdadero camino. El objetivo siempre es disolver o trascender el ego, entonces como él no quiere desaparecer y además está diseñado y programado para no hacerlo, va a funcionar en base a lo que a ti te frene.
Si te dejas llevar por estas experiencias y te apegas a ellas creyendo que te hacen más elevado, tu ego te las va a ofrecer sin parar, para mantenerte atrapado. Y si por ejemplo no tener ninguna de estas experiencias te hace desanimarte porque valoras que no estás avanzando y que no puedes conseguir nada, va a hacer que no puedas disfrutar nunca de ellas.
Es complejo y sumamente interesante, a mí al menos me lo parece y me confirma esa idea de que todos los logros de los que podamos presumir no lo son en realidad. El único avance está dentro de ti.
Voluntad firme
El tercer requisito es la voluntad, otro aspecto súper interesante.
Solemos hablar de fuerza de voluntad cuando alguien hace algo que nosotros vemos difícil, pero de nuevo es mucho más profundo.
Hacer las cosas que nos gustan, por muy temprano o difícil que sea, no necesita fuerza de voluntad. Ésta es algo completamente distinto, y es ser capaces de hacer aquello que no queremos hacer, o que no nos resulta placentero.
Tiene que ver con la constancia y la perseverancia, algunos de los valores más importantes dentro del Yoga, ya que sin ellos no podemos hablar de práctica ni de avance espiritual, sólo ocio.
La mayoría de las veces las prácticas o meditaciones no son difíciles de por sí, lo que es difícil en realidad es mantenerse en ello a pesar del cansancio o el aburrimiento. Al principio con la novedad cuesta menos, pero después todo se va haciendo más cuesta arriba.
Creo que ya te he comentado alguna vez la frase que sale a veces en mi gimnasio que dice: “La motivación es quien te hace comenzar, pero es el hábito (o la disciplina, ahora no lo recuerdo muy bien) quien te hace continuar.” Y progresar.
Solemos entender la disciplina como algo autoritario y limitante, pero en realidad es todo lo contrario, porque te quita una gran carga mental a la hora de decidir qué hacer y cómo hacerlo. Debes tenerlo en cuenta si quieres avanzar en este camino.
Obviamente siempre con sentido común, porque mantenerte muy disciplinado, si con ello pierdes tu anhelo o tu capacidad de estar en contacto contigo mismo, y te conviertes en un autómata tampoco sirve de nada. Recuerda que todos estos requisitos son necesarios y no son en ningún momento condiciones aisladas, son necesarios todos ellos.
Compromiso
Así pasamos a hablar ahora de la cuarta condición, el compromiso, de nuevo completamente ligado al anterior.
Si quieres avanzar en el camino espiritual y en concreto en la práctica de Yoga y meditación, el compromiso debe ser total. Y esto no sólo significa ser disciplinado y mantenerte constante, sino involucrar todo tu Ser al cien por cien.
Ya habrás escuchado muchas veces que el Yoga es un estilo de vida, no un deporte o un ejercicio. Esto significa que debes hacer de tu vida cotidiana el campo de entrenamiento, teniendo presentes los valores de tu práctica en cada momento de tu día. Como por ejemplo manteniendo la atención plena, buscando estar presente y tomar decisiones conscientes según los valores de la no violencia, la verdad, etc.
De nada sirve que dentro de la colchoneta seas la persona más elevada y espiritual que existe si luego al salir te conviertes en algo totalmente distinto. La espiritualidad, la meditación o el Yoga no son outfits que te pones o herramientas que usas y luego dejas en un cajón. No deben serlo al menos si buscas una experiencia auténtica y si quieres progresar y evolucionar.
Y lo mismo sucede en la otra dirección, tampoco tendrás éxito si cuando llegas a tu práctica no pones en tu colchoneta el cien por cien de ti. Si dejas una parte fuera preocupada con las obligaciones, o distraída pensando en lo que vas a hacer después. Sea por el motivo que sea, si dejas una parte de ti al margen de tu práctica, todos tus esfuerzos serán en vano.
El compromiso además es el primero de los 7 pasos hacia la felicidad que establece Kundalini Yoga. Todo comienza con él, pero recuerda que para marcar realmente la diferencia debe ser el cien por cien de tu Ser quien se comprometa, no sólo una parte.
Silencio
Ahora llegamos al último requisito y es la capacidad de guardar silencio. Tanto en la práctica, a través de la concentración y la introspección, como fuera de ella, dándonos el tiempo necesario para integrar nuestras experiencias.
Hay mucha gente que siente la urgencia o necesidad de comentar absolutamente todo lo que hace, pero esto no es algo positivo para nuestras prácticas.
En primer lugar, ya hemos visto que se trata de un trabajo interior, íntimo y personal. Obviamente se pueden consultar dudas y compartir experiencias, de hecho es muy enriquecedor hacerlo, pero siempre debe quedar una parte que es sólo para ti.
Me resulta difícil explicarlo la verdad, así que te voy a poner un ejemplo. Una de las veces que asistí a un tantra blanco, estaba con unas compañeras de la formación, y al terminar una de las meditaciones una empezó a decir que había visto luces de colores y luego no sé qué más y después de terminar su relato super detallado de cada cosa que había visto y sentido, me preguntó, ¿y tú, qué has visto? Yo le dije: yo en este momento no sé ni cómo me llamo.
Me refiero a que hace falta tiempo para transitar cada experiencia, para integrarla y dejar que pose, para transformarte en ella.
Esta chica después de vomitarnos todos sus detalles zanjó el tema y se puso con la siguiente meditación como si nada. Pero no funciona así. Como te decía en el punto anterior esto no son trajes que nos pongamos y quitemos sin más. Son experiencias que nos cambian, o que creo que aspiramos a que nos cambien y este proceso lleva tiempo y requiere silencio por tu parte.
De nuevo no quiero decir que no puedas hablar o compartir algo en concreto, eso está bien. Pero si quieres profundizar debes guardarte la mayor parte para ti, entendiendo que es en lo invisible donde está el valor de todo este trabajo.
El aprendizaje y la transformación requieren tiempo, no aparecen al instante de haber hecho la práctica. Es cierto que en ese primer momento notarás cambios y sensaciones, pero no son más que la punta del iceberg de todo lo que puedes llegar a experimentar.
Volvemos a enlazar así con los primeros requisitos y con el valor inmaterial de la práctica. Espero que con toda esta información tengas todo lo necesario para llenar de intención tus propósitos y prácticas. Que ganes mucha más confianza y seguridad en ti mismo, y que no te dejes engañar o impresionar por todos aquellos que mercadean con la espiritualidad.
Meditación para hacerte santo
- Para abrir el espacio: siéntate con la espalda recta, coloca las manos en el mudra de plegaria y canta 3 veces Ong Namo Guru Dev Namo.
- Postura: sentado con la espalda recta en postura Fácil (Sukhasana), vas a preparar el mudra del erradicador del ego en cada mano, trayendo la yema de los dedos a los montículos que hay justo por debajo de cada dedo, manteniendo los pulgares estirados y alejados hacia los lados. Doblas los codos de forma que las manos queden a la altura de las orejas, en un mismo plano con las muñecas, codos y brazos.
- Respiración:
- Inhalación: fragmentada en 4 partes iguales por la nariz, vibrando mentalmente el mantra “So” con cada golpe de respiración. Duración total: 2 minutos.
- Exhalación: igual que la inhalación, pero repitiendo el mantra “Hung”.
- Ojos: una décima parte abiertos.
- Tiempo: 3 minutos.
- Para terminar: inhala profundo, sostén el aire dentro aplicando mula band durante unos segundos mientras estiras los brazos y abres las manos. Después exhala y relaja la postura.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior, guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.